Apagón
Daniel Martín.
Junio/25.
"A pesar de que de vez en cuando se dé alguna Fukushima, porque lo de Chernóbil no cuenta, dado que los comunistas, que no saben atarse los zapatos, nada pueden saber de construir centrales nucleares, a pesar de esos pequeños contratiempos, la nuclear es una energía segura y limpia".
No sabíamos qué había sucedido, ni quien era el responsable, en caso de existir responsable del apagón, cuando los patriotas ya nos estaban alumbrando con su verdad, guiándonos para salir de la oscuridad. No tenían duda, el responsable era Sánchez, naturalmente. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes a nadie?
La mafia nuclear, sus mandados políticos, la extrema derecha, los señores de la luz y demás tropas que, por nuestro bien, combaten el bolivarianismo que se nos ha instalado en el gobierno por culpa del malvado Sánchez, lo tenían claro a los cinco minutos de que se hiciera la oscuridad, y en el Pardo el PP y en la caverna de VOX se rompían la camisa nueva pidiendo la dimisión en bloque del gobierno, y la inmediata convocatoria de elecciones.
Naturalmente, al margen de tener claro quién era el responsable del desastre, la siempre brillante oposición también tenía clara la solución para que España no volviese al oscurantismo eléctrico, que en el otro seguimos inmersos. Hay que acabar con la bobada esa de las energías limpias de las que España es una superpotencia planetaria, que nos puede hacer ganar muchas divisas, y entregarnos de lleno a enriquecer a las multinacionales energéticas yanquis y británicas que nos venden a un precio desorbitado la energía que nuestras centrales eólicas, solares, o hidrográficas nos proporcionan de manera segura y barata, con el aliciente de no perjudicar al medioambiente. ¿Pero a quién le importa nada de eso cuando de lo que se trata aquí es de generar beneficios para los accionistas millonarios de esas multinacionales? Compañías, honestísimas todas ellas, que después saben recompensar la labor de sus peones políticos con la permanente rotación de sus puertas giratorias en los consejos de administración, y las conferencias, a millón el minuto, de Aznar y González.
Las más brillantes mentes del planeta pasaron en los días posteriores al apagón por todas las cadenas de televisión, en bloques de mañana, tarde, noche, y madrugada, para dejarnos claro a los pobres lerdos que nada sabemos de estrategia energética, ni de las cosas de alta tensión, que la salvación de nuestra sociedad, de nuestra cultura, del mundo que conocemos está en la energía nuclear, que no es tan mala como cuentan los malvados bolivarianos, y que a pesar de que de vez en cuando se dé alguna Fukushima, porque lo de Chernóbil no cuenta, dado que los comunistas, que no saben atarse los zapatos, nada pueden saber de construir centrales nucleares, a pesar de esos pequeños contratiempos, la nuclear es una energía segura y limpia, aunque no sepamos qué hacer después con sus residuos, que solo tardan unos pocos millones de años en perder una toxicidad que envenena nuestro medio ambiente, sí, pero de manera limpia.

Lo que nadie nos ha venido a contar en ninguna televisión, lo que todos los expertos y mentes más brillantes del mundo se han olvidado de mencionar, es que en España la energía eléctrica está controlada y es responsabilidad de una compañía privada, no del malvado Sánchez, ni de su malvado gobierno bolivariano, sino de unos señores muy trajeados y bien alimentados, con unos intereses muy importantes en el sector de la energía nuclear, unos señores que invirtieron sus dineros, con la idea de multiplicarlos por mucho, cuando González y Aznar privatizaron Red Eléctrica Nacional, la empresa pública que controlaba el suministro de electricidad en toda España, una empresa pública que no dependía de compañías privadas que, a veces, y solo a veces, son obligadas a pagar impuestos de sus millonarios beneficios, unos dineros entregados al Estado, que después han de volver multiplicados por mucho a las compañías, porque no van a salir del bolsillo de los millonarios. Hasta ahí podíamos legislar.
Añadir comentario
Comentarios