Un Tribunal cara al Sol


Josemi Montalbán.

Diciembre/25.

 

"A sus señorías del Tribunal Supremo se les ha caído la careta democrática, y ha dejado al descubierto su camisa nueva secada cara al sol". 

 

El Tribunal Supremo se enredó en la red golpista de los franquistas, cuando, asumiendo el capricho de una perturbada choni con muchos humos, se metió en un enmarañado baldío del que solo puede salir cubierto de ortigas, embarrado, o hecho jirones; y montó un circo para distraer la atención de los delitos perpetrados por el novio delincuente de la choni en cuestión y de paso cobrarse la pieza mayor del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, dando cumplida venganza a la perturbada por exponer al escarnio público al delincuente de su novio, y además lograr debilitar al gobierno, con la dimisión del máximo responsable del ministerio fiscal. 

En lugar de eso, sus señorías del Tribunal Supremo lo que han logrado es dejar al descubierto la parcialidad del más alto de los tribunales españoles, que con instrucciones como la perpetrada por el juez Ángel Hurtado contra García Ortiz, llevando hasta sala una causa inexistente, basada en el bulo lanzado por un delincuente, y alimentada por una campaña de prensa mercenaria que ha “hecho su agosto” con este vergonzoso montaje procesal que ha imputado sin pruebas, ni siquiera indicios de la comisión de un delito a todo un Fiscal General del Estado, y ha dejado lista para sentencia una causa de risa, que cualquier español con un mínimo de sentido común sabe viciada y teledirigida por los golpistas, comandados en esta ocasión por Isabel Díaz Ayuso, que quiere la cabeza del Fiscal General para colocarla en un lugar de honor en la pared dedicada a sus trofeos, justo al lado del espacio que ha reservado para colgar la testuz de Sánchez en la pared de su ático de lujo comprado con el dinero sospechoso y público de las comisiones generadas por el chorizo Alberto González Amador, obtenidas con trajines para la Comunidad presidida por su novia, la mencionada choni Ayuso. 

Al consentir la escenificación de esta Tácito imperfecto de la judicatura española, en lugar de haber procesado al hampón mayor de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, por un delito de calumnia, el Tribunal Supremo se ha colocado en una posición arto complicada porque cuando aceptó seguir la causa tan pésimamente instruida como sospechosa de “digitalización mardidiana” que ha llevado a cabo el presunto juez Hurtado y sentar en el banquillo de los acusados sin pruebas, o al menos indicios razonables, de la comisión de algún delito por parte de García Ortiz, los magistrados del alto tribunal dieron la impresión de estar obedeciendo la orden de “pa´lante” que les daba Ayuso por boca de su “consigliere” Rodríguez. 

Con la causa lista para sentencia, el Tribunal Supremo ahora debe condenar, asumiendo el chaparrón que le caerá después desde Europa y que no sentará nada bien a nuestra muy precaria democracia, o absolver al fiscal, dejando en bastante mal lugar al propio Tribunal Supremo, a la UCO, a la fiscalía madrileña y, sobre todo, desairando a la presidenta de la comunidad, una perturbada vengativa y peligrosa como ha dejado palpable en este procesamiento al fiscal Ortiz. 

Haga lo que haga el comando Marchena el daño hecho a la presunta justicia española es enorme y seguramente irreparable, pero eso nunca preocupó a los golpistas fascistas que se aplicaron a la labor de hacer porque podían hacer sin pensar en otra cosa que, en el adelanto electoral en tiempo propicio, antes de que se desate el aguacero de Madrid Network, el proceso al novio chorizo de la choni, se destape el mamoneo de Miami, etc, etc. 

Claro que siempre les queda la opción de anular todo el proceso por alguno de los innumerables errores cometidos en la instrucción o por la Guardia Civil, y dejar en velo de duda la honestidad del Fiscal General, como mal menor. 

En cualquier caso, a sus señorías del Tribunal Supremo se les ha caído la careta democrática, y ha dejado al descubierto su camisa nueva secada cara al sol. 


Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios