Francisco, el papa zurdo.
El Comunero.
Mayo/25
La postura de Francisco con respecto a la crisis de abusos sexuales por parte del clero, muy alejada del ocultismo de otros pontífices, recibió bastantes críticas, pesea lo cual adoptó una postura valiente y tomó enérgicas medidas.
Desde su sorpresiva elección en marzo de 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, el papado del Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio), ha estado marcado por un estilo pastoral distintivo, constantemente enfocado en la misericordia, en un impulso reformista que ha generado tanto esperanza como resistencia dentro de la Iglesia Católica, que lo ha convertido una fuerza transformadora, en un vendaval que podría (a falta de saber cuál será la política que seguirá el próximo papa) haber aireado una institución excesivamente añeja.
Francisco, el primer Papa jesuita y latinoamericano, cautivó al mundo desde el balcón de San Pedro con un simple "Buona sera". Su preferencia por la residencia de Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico, su uso de un coche modesto y sus gestos de cercanía con los fieles (desde llamadas telefónicas inesperadas hasta abrazos a enfermos) definieron una imagen de humildad y sencillez que contrastaba con la pompa vaticana tradicional.
El eje central del mensaje de Francisco ha sido la misericordia, la entrega a los más humildes, como auspició con la convocatoria del Año Santo Extraordinario de la Misericordia (2015-2016), e insistiendo constantemente en que la Iglesia debe ser un "hospital de campaña" que acoge a todos, especialmente a los pobres, marginados, migrantes y refugiados.
Francisco impulsó un modelo de Iglesia más "sinodal", es decir, que "camina junta". Ha revitalizado el Sínodo de los Obispos, buscando una mayor participación y escucha de todas las voces dentro de la Iglesia, incluyendo laicos y mujeres, en los procesos de toma de decisiones.
Por otro lado, con la encíclica Laudato Si' (2015), Francisco se posicionó como una voz moral global líder en la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente, vinculando la crisis ecológica con la crisis social y la "cultura del descarte", al tiempo que emprendia reformas significativas en la Curia Romana (culminando con la constitución apostólica Praedicate Evangelium) y en las finanzas vaticanas, buscando mayor transparencia y eficiencia, aunque los resultados y la profundidad de estos cambios siguen siendo objetos de crítica y debate. Todo ellos mientras fomentaba el diálogo interreligioso en el que resultó destacando su Declaración conjunta con el Gran Imán de Al-Azhar. También ha abierto debates sobre temas pastorales complejos, como la situación de los divorciados vueltos a casar (exhortación Amoris Laetitia), generando discusiones internas significativas.
El reinado de este pontífice no ha estado exento de dificultades. La postura de Francisco con respecto de la crisis de abusos sexuales por parte del clero recibió críticas, pese a lo cuál adoptó una postura valiente y adoptó enérgicas medidas con la promulgación del Vos Estis Lux Mundi, una ley de la Iglesia Católica promulgada por el Papa Francisco a través de un Motu Proprio el 9 de mayo de 2019 y posteriormente actualizada y reforzada en marzo de 2023.
Sus aperturas pastorales y su énfasis en la misericordia sobre la doctrina han generado una fuerte oposición en los sectores más conservadores de la Iglesia, que lo acusan de generar confusión doctrinal y de debilitar la tradición. Decisiones como la restricción de la Misa Tradicional en Latín, han profundizado en estas tensiones en el seno católico y fomenttado las divisiones.
Su pontificado ha reorientado innegablemente las prioridades pastorales de la Iglesia hacia la misericordia, los pobres y más desfavorecidos, utilizando su plataforma global para abogar por la paz, la justicia social y el cuidado del planeta.
Imágenes: Vatican Media
A pesar de haber estado a la cabeza de una Iglesia muy polarizada, donde se ha visualizado muy claramente la virulencia con la que el conservadurismo, tanto dentro como fuera de la Iglesia, afronta los periodos en los que no tiene el control.
Lo que es seguro es que Francisco ha dejado una marca indeleble, desafiando estructuras, incomodando inercias y recordando constantemente la llamada evangélica a salir al encuentro del otro, especialmente del más necesitado, reseñando le verdadero sentido del concepto "Iglesia de los pobres", que tanto choca con la "realpilitik" habitual del Vaticano.
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