Jose Miguel Montalbán

Julio/22

Es probable que a usted, honorable y responsable ciudadano, le parezca que lo que está ocurriendo en la capital de España, en relación con su administración local y autonómica, es una vergüenza nacional. Pero no se equivoque usted, responsable y honorable ciudadano, la responsabilidad de que nuestra política hieda desde el último confín de esta desdichada tierra española, no recae en esos seres, mayoritariamente, menguados incompetentes, incapaces e idiotizados por el brillo del ser (el poder lo ostentan otros). Esa responsabilidad, recae sobre usted, honorable y responsable ciudadano, que justifica cualquier barbaridad por bárbara que sea, si la perpetran «los suyos», que ya quisiera usted (y yo) pertenecer a los de la clase de ellos, y vota con el hígado asumiendo el disparate que le echa desde las redes sociales cualquier imbécil que esparce su odio absurdo y disimula su proverbial incapacidad, desde el fanatismo en el que se refugia la incultura y el completo desconocimiento, simplemente porque coincide con el disparate que usted piensa. O se acerca hasta la urna convencido de lo malos que son todos menos el santo al que usted, honorable y responsable ciudadano, pone velas. O lo envenena la furcia muy bien «paga» de un muy bien pagado y mantenido con dinero público por el correspondiente partido, «medio de comunicación», que sólo tiene un objeto de ser, la manipulación y el engaño de usted, responsable y honorable ciudadano, que no se molesta ni un segundo en contrastar y pensar porque es usted, ya es hora que le saque de su error, un irresponsable, que tras meter la papeleta se desentiende de la criatura, pero eso sí después se queja en su «facebú» de lo mal que hacen todo los malos, aunque quien lo esté llevando a la sepultura sea el menguado a quien usted votó, pero como lo votó, no quiere reconocer que lo está matando, y asumir de este modo su responsabilidad, honorable ciudadano, porque piensa que eso sería tanto como admitir que es usted idiota, y ya no rectifica nunca, porque un español jamás retrocede, y en esas estamos, así estaremos y así permaneceremos…
Avergonzados y honorables.