Liberales
Josemi Montalbán.
Abril/25.
El deseo de progresar, de avanzar humana y moralmente, fuera algo de lo que debiéramos avergonzarnos, hasta ese extremo ha llegado la estulticia de los pueblos.
El fascismo, que de todo se apropia, se nos ha apropiado del término “liberal” para referirse a su inhumano e insolidario concepto de lo que ha de ser un Estado.
Otrora el “liberalismo” consistía en defender las libertades, en pugnar por lograr una sociedad más justa, igualitaria, culta, equitativa y moralmente más avanzada, por eso los liberales terminaron siendo definidos como “progresistas”.
Hoy, en cambio, y por obra y gracia de unos medios de comunicación prostitutos y cómplices de los perversos, el concepto “liberal” se ha aceptado para referirse a quienes defienden a ultranza la libertad de los especuladores para imponer su santa voluntad, la voluntad de eso que se denominó “Mercados” porque “Hijos de Puta Reunidos, S.A” sonaba un poquito fuerte; una voluntad impuesta al margen de un pueblo que sufre como consecuencia de una especulación desmesurada y sin techo, una inflación y una deuda pública, es decir del Estado, desmesuradas e insostenibles, para las que los gobiernos encuentran siempre el mismo remedio; enviar a nuestros hijos a la guerra. Una voluntad impuesta al margen de unos gobiernos que, si osan intervenir contra esa especulación salvaje, inmediatamente son acusados por los siervos de los perversos de “progres”, como si el deseo de progresar, de avanzar humana y moralmente, fuera algo de lo que debiéramos avergonzarnos, hasta ese extremo ha llegado la estulticia de los pueblos. Lo que hace que los gobiernos maculados con la acusación de "progres”, rápidamente se aparquen y echan el freno de mano, para dejar paso al tráiler de los hijos de puta cargado de inflación, abuso y desigualdad.
Porque mire, usted, cuando un liberal le pide su voto, no se lo está pidiendo para mejorar la sanidad o la educación pública, tampoco para construir escuelas, hospitales o bibliotecas; le está pidiendo su voto para desmantelar todo eso y que tenga usted que pagar, y no una modesta factura precisamente, por acudir al médico, porque su hijo asista a la escuela, o por recurrir a la presunta justicia. Cuando un liberal le pide su voto, se lo está pidiendo para legislar a favor de las grandes empresas que destruyen el medioambiente, que le suben el precio del petróleo y con la excusa de la subida del petróleo, incrementarle a usted el precio del pescado, la carne y la lecha para sus hijos en el super, además de la electricidad o el gas, que utiliza para calentar su hogar y cocinar ese pescado para sus hijos.
Su amigo liberal le está pidiendo que lo vote usted para, a costa de nuestra salud, de nuestras pensiones, de nuestros salarios, del comedor escolar de nuestros hijos, aumentar hasta más allá de la estratosfera los estratosféricos beneficios de las grandes corporaciones financieras en las que, cuando dejan de vivir de la política, son acogidos para seguir viviendo del cuento, a cuenta de siempre los mismos tipos que pagan las facturas. Nosotros.
Imagen IA Alternativa Mediterráneo. Uso libre.
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