
Los útimos de Filipinas.
Jaime Tenorio.
Agosto/22
Julio de 1898. Después de que insurgentes filipinos que luchaban contra la ocupación española, tiendieran una emboscada a una patrulla de soldados españoles al frente de la cual se encontraba el subteniente Saturnino Martín Cerezo, y en la que los filipinos, bien parapetados y perfectamente organidos por el líder rebelde Teodorico Novicio Luna, obligaron a los españoles a refugiarse en la iglesia del pueblo de Baler, por ser este el edificio más sólido y que mejor defensa podía proporcionar a los de la metrópili, y donde se encuentra un pequeño contingente de tropas de España al mando del teniente Juan Alonso Zayas, quien de inmediato se aprestó a la defensa del recinto religioso von todo lo que tenía y en espera de una ayuda y unos refuerzos que nunca llegaron. Aquellos hombres no lo sabían pero estaban escribiendo una de las más ominosas y absurdas páginas de la historia militar española, convertida luego, como cualquier majadería perpetrada por cualquier ejército del mundo, en un hecho heróico, naturalemnete, el orgullo patrio y todo eso. Lo cierto es que en aquella pequeña aldea de la isla filipina de Luzón, acababa de comenzar el sitio de "los úlitmos de Filipinas" que se prolongaría durante 337 días, de innecesaria agonía para unos hombres, heróicos si, pero a los que los delirios de grandeza de un pobre perturbado, hizo que fueran inscritos en la historia con parrafos de tragicomedia.
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