Octubre de 1931, España otorga el derecho de voto a la mujer
Jaime Tenorio.
Octubre/22
La Segunda República Española, aprueba el derecho de la mujer a voto en esta cortijá, derecho de ciudadano de pleno derecho que ya pudieron ejercer en las elecciones generales de 1933.
La cosa del voto femenino no se dilucidó de forma rápida ni mucho menos tranquila, porque incluso parlamentarias progresistas como la socialista Victoria Kent (la mujer tenía derecho a sentarse en el Parlamento pero no a participar de las votaciones, tenía voz, pero no voto) se mostraban contrarias a la concesión de este derecho fundamental a la mujer, por considerar que las mismas estaban muy influenciadas por la Iglesia (no les faltaba razón) y no estaban capacitadas para ejercer el derecho con responsabilidad, dado que su voto estaría dirigido desde los púlpitos y eso ponía en serio riesgo a la jovencísima república.
No obstante, Clara Campoamor, progresista, periodista y abogada feminista que llevaba una impecable trayectoria como defensora de los derechos de la mujer, firme defensora del divorcio y una de las tres parlamentarias españolas (la otra era Margarita Nelken, también contraria al voto femenino) diputada por el Partido Radical de Lerrux, una formación de centro izquierda, republicana y laica (es mentira que el voto de la mujer en este país fuese logrado por los partidos de derecha), defendió con vehemencia, arropada de argumentos y razón, que la mujer tenía que concurrir a las elecciones en igualdad de condiciones que los hombres y este era un derecho inalienable. Con su discurso coherente y razonado logró el apoyo mayoritario de la cámara, en aquella sesión del 1 de Octubre de 1931. ¡Mayoritario! La izquierda, mis queridos lobotomizados por el fascismo, incluidos 84 de los 115 diputados del Partido Socialista, sin cuyo apoyo la medida jamás hubiera sido aprobada, también dijo SI.
Tras las elecciones generales de 1933, primeras en las que la mujer ejerció su derecho al voto y que ganaron las formaciones de derechas agrupadas en la CEDA (Kent tuvo razón y las mujeres, “aleccionadas” por la Iglesia votaron masivamente a los partidos conservadores, temerosas de que la izquierda pudiese “acabar” con la religión) lo que conllevó que la más firme defensora de los derechos de la mujer y protagonista absoluta de la conquista social obtenida por las féminas, Clara Campoamor, no renovara su acta de diputada que terminó en manos de un miembro de la CEDA.
Con posterioridad el Partido Radical (que Campoamor ya había abandonado) por interés bastardo derivó tanto a la derecha que concurrió con ese bloque a las elecciones de 1936, que ganó el bloque de izquierda, el Frente Popular y tras las cuales la formación de Lerrux y él mismo desaparecieron prácticamente del panorama político español. Y de ahí que ahora los mastuerzos de la derecha, aprovechando el desconocimiento general de la historia de españa que abriga a los españoles y el “feminismo” de toples y orinal que impera en nuestro días, quieran ponerse la medalla de ser quienes otorgaron el voto a la mujer, pero es uno más de sus innumerables embustes, nada tuvo que ver la derecha y sí, mucho, una mujer progresista, feminista y de orígenes humildes que se llamó Clara Campoamor.
Las de 1936 fueron las últimas elecciones en las que pudieron participar la mujeres de nuestro país, porque tras el triunfo del Frente Popular estalló la Guerra Civil española al fracasar el golpe de estado perpetrado que un puñado de generales traidores que se alzaron contra la república que habían jurado defender y a su conclusión, con la victoria de los fascistas que hoy se apuntan el tanto de haber otorgado el voto a la mujer, a esta se le suprimieron todos los derechos conquistados en los años previos, el de sufragio y divorcio incluidos y no volvieron a obtener algunos hasta el advenimiento de la presunta democracia de la que gozamos en la actualidad.



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