La entrevista de Hendaya: "Prefiero que me saquen muelas antes que volver a hablar con ese hombre."
jaime Tenorio.
Octubre/25.
En octubre de 1940 tuvo lugar en Hendaya la entrevista entre Hitler y Franco. El nazi pretendía la colaboración del dictador español en su idea de ocupar Gibraltar. Franco quería entrar en la II Guerra Mundial del lado alemán, algo a lo que Hitler no estaba dispuesto bajo ningún concepto, por la elevada carga que supondría para el III Reich, sostener a un ejército que se movía en la miseria en un país arruinado tras la devastación de la Guerra Civil, además de pedir al teutón compensaciones inaceptables. Hitler acabó harto y enojado en aquel encuentro.
La cita entre ambos genocidas estuvo marcada por la desconfianza entre los sátrapas, Hitler sabía lo que Franco le iba a exigir, estaba bien informado de los delirios de su aliado, por su parte Franco pensaba que para mantener un pie en África a la Wehrmacht le era indispensable apoyar el otro en España y pensaba cobrarse la base a buen precio, aunque estaba prevenido de que el führer no pensaba entregar gran cosa. La desconfianza entre ambos dictadores hizo que la reunión se organizase en un terreno que se consideró neutral; Hendaya, la localidad francesa situada justo en la frontera con Española, que aunque estaba bajo control alemán, lo que permitía a los alemanes controlar los pormenores y organizar la seguridad, mientras que por parte española tenía la ventaja de que el desplazamiento de Franco no requería de un viaje largo, ni estar lejos de España, algo de vital importancia para el régimen franquista teniendo en cuenta la situación política del país en aquel momento.

El lugar elegido para el encuentro, la estación de Hendaya permitía a los servicios de seguridad mantener un entorno de baja hostilidad, acotado y relativamente controlado, sin la exposición pública que hubiera llevado celebrar la reunión en un hotel, por ejemplo, y que podría haber generado incidentes con la población, e incluso arriesgarse a un atentado de la resistencia francesa o de los maquis españoles. era tal la paranoia que afectaba a los dos dictadores por su seguridad que la reunión se celebró el vagón en del tren especial de Hitler.

Franco deseaba entrar en la guerra del lado de las potencias del EJE, algo a lo que Hitler no estaba dispuesto porque sabía del calamitoso estado del ejército español tras la Guerra Civil y no estaba Alemania en condiciones de equipar y alimentar otro ejército, como ya estaba haciendo prácticamente con el italiano de Benito Mussolini que llegó a la II Guerra Mundial prácticamente en las mismas condiciones que tenía a primeros de siglo. El genocida español exigió, equivocado en la creencia de que España le era imprescindible a los alemanes, bastante más de lo que el nazi estaba dispuesto a conceder, entre otras la devolución de Gibraltar, y la cesión de territorios franceses en África.
El encuentro entre los mandatarios fascistas termino sin acuerdos concretos, tan solo el envío de una división de voluntarios españoles, a los que Hitler debería equipar y alimentar, para unirse a las tropas de la Wehrmacht, y la firma de un documento secreto en el que Franco se comprometía a entrar en la guerra en una fecha indeterminada, pero cuando llegó el momento la guerra ya pintaba mal para los intereses fascistas, por lo que Franco lo incumplió y se mantuvo fuera del conflicto para no perjudicar su régimen, que de haber entrado en la guerra como se establecía en el documento secreto, al final de la misma Franco hubiera corrido la misma suerte que sus aliados.
La reunión, ante las absurdas exigencias de Franco, llegó a ser tan exasperante para el führer, que al concluir la misma le dijo a su ayudante; "Este hombre está loco. Prefiero que me saquen tres o cuatro muelas antes que volver a hablar con ese hombre."
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