Los Gulag de Franco


Jaime Tenorio.

Diciembre/25.

 

 

Muchos de esos campos funcionaron como centros de paso hacia la muerte, donde los prisioneros eran interrogados, torturados y luego eliminados, sin juicio, ni dejar constancia, solo eran "desaparecidos"

 

Fueron más de 300 campos de concentración que el asesino Francisco Franco abrió en toda España para castigar y torturar a más de un millón de españoles que no eran bien vistos por los criminales fascistas del régimen, y asesinar a unos 60.000 de aquellos desdichados explotándolos físicamente, o a consecuencia del hambre, y la sed, tras extenuadores periodos de maltrato físico y psicológico, que llevó al suicido a otras aproximadamente 2.000 personas.

Ilustración IA Alternativa Mediterráneo. Uso libre

Muchos de esos campos funcionaron como centros de paso hacia la muerte, donde los prisioneros eran interrogados, torturados y luego eliminados, sin juicio, ni dejar constancia, solo eran "desaparecidos", sin pruebas o al menos indicios, simplemente por ser sospechosos de abrazar una ideología distinta del fascismo, y contra quienes bastaba la simple y anónima denuncia de un adepto al régimen para terminar en aquel infierno, lo que dio lugar a innumerables abusos e injusticias motivas por rencillas, venganzas y, la mayoría, por ambicionar las propiedades de la víctima.

Ninguno de aquellos hombres víctimas de un sistema genocida ostentó privilegio alguno jamás, todos fueron españoles de camisa vieja y raída por el sudor y el sol.

Es este un periodo oscuro en la historia reciente de España, que se prolongó desde el final de la guerra hasta los primeros años de la década de los cincuenta, y aún después en algún caso, del que no se conoce mucho porque tras la muerte del genocida Francisco Franco, los hombres del régimen que comandaron la mal llamada Transición que nos condujo desde una dictadura franquista a una monarquía franquista, se encargaron de quemar los archivos relativos a la represión de la dictadura fascista que ensangrentó este país durante cuatro décadas. Hombres como Rodolfo Martín Villa, que hoy tenía que declarar en el juzgado de Instrucción Nº1 de Elda, junto al policía Daniel Aroca del Rey, como imputados por el asesinato en 1976 del joven Teófilo del Valle, investigados por crímenes contra la humanidad. Una declaración que, finalmente, por problemas de "logística" se ha aplazado hasta febrero de 2026.

España es el tercer país del mundo tras la Unión Soviética y la Alemania nazi, en el que más campos de concentración se construyeron.

La represión franquista tras la guerra civil fue sistemática, planificada y prolongada durante toda la dictadura, con especial virulencia entre los años posteriores a la finalización del conflicto y finales de la década de los cincuenta, en los que la persecución política continuó sustituyendo los campos de concentración por cárceles y batallones de trabajo, con la regulación de unas "comisiones" (en realidad un reducido grupo de corruptos fascistas) que decidían el destino de los internos: libertad, cárcel, batallón disciplinario o ejecución.

No es verdad que con Franco se viviera mejor. El trabajador, nunca se vivió mejor, pero si se moría bastante peor.

Una imagen no se corresponde con ningún campo de concentración nazi, sino con el campo de concentración franquista de Miranda de Ebro, uno de los más grandes y duraderos, ya que estuvo activo desde 1937 hasta 1947.


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