El Chorizo Rojo


Josemi Montalbán.

Diciembre/25.

 

Mientras la ciudad dormía pensaba yo, mi estimado don Ataúlfo, en que este diciembre se ha convertido en el “mensis horribilis” de los sociatas que han visto como a las detenciones Ábalos, Cerdán, Koldo, Leire y Vicente, se han sumado los líos machistas de los rojos, que mucho hablar de feminismo y mucho traer el derecho de la mujer a escena, pero luego van y les piden que los dejen asomarse a su escote, como cualquier garrulo de los del aguilucho. Otro escándalo que está siendo aprovechado por las furcias mediáticas que el franquismo está haciendo millonarias con nuestros dineros, como carnaza golpista para cerrar más el asedio al legítimo gobierno de España, que sin ser el mejor posible, es sin duda el mejor de los posibles. 

Pensaba, por ser el más conocido, en Ábalos, exministro de Transporte, que se ha agenciado, presuntamente, que, aunque este sea rojo hay que seguir utilizando el “presunto”, algo que a los burdeles mediáticos que la organización criminal Partido Popular mantiene en su exclusivo interés político con el dinero de todos los españoles, parece que se les ha olvidado, y como aquí se puede injuriar a cualquiera sin que pase nada, siempre que se disponga de carné fascista, pues tiran con los bueyes. Ábalos, pensaba yo, es el prototipo perfecto de tahúr hispano, uno de Tormes, la encarnación perfecta de la picaresca española, un chorizo de baja cuna, nada que ver con los saqueadores a lo bestia de la mafia franquista, un pobre comisionista trapisonda, que en siete años se ha hecho con un millón de euros, a repartir entre tres, que no está nada mal, exigiendo a los ricos un mínimo porcentaje del negocio a emprender. Nada que ver pues con ese depredador de lo público que se embolsan en cinco minutos de llamada telefónica dos millones de euros, a repartir entre dos, del erario de todos y encima luego pretende escaquear los impuestos al fisco, o con el ministro jeta que, presuntamente, cobra a tanto fijo y muy caro la ley que redacta para favorecer al rico, en detrimento de España. Nada que ver, digo, porque Ábalos está en la cárcel y los depredadores franquista en la calle, continuando con su labor comisionista de sise al ciudadano, y al que han condenado es al fiscal. 

Es de Perogrullo, mi estimado don Ataúlfo, que a lo que debemos aspirar como sociedad, lo ideal y lo que debería ser, es que ningún político robase, y la decencia, la honradez e imparcialidad, fueran la seña de nuestras instituciones, pero el caso es que, mientras llega esa república que nos salve a todos del régimen “latrocínico”, nos vemos abocados a elegir entre Lazarillo y don Pablos, entre Rinconete y Estebanillo, y a santiguarnos después. 

España es un país de marichulos, de tahúres, de frailes pedigüeños, de alcaldes egipcios, de ministros comisionistas, de filibusteros con cartera ministerial, de chorizos rojos y depredadores de banderita en el Rolex y muelle en el sobaco. Y que nadie venga con el cuento de que estamos cambiando, porque a pesar del traje europeo seguimos oliendo a dehesa. 

También, este nuestro, es un país repleto de gente no muy vivida, tampoco leída, ingenua, supersticiosa, y sin ganas de mucho pensar, que es incapaz de diferenciar entre “El Dioni” y el tal “Burnet”. Porque, aunque los dos son lo mismo, ni de lejos son iguales, ni causan el mismo daño. 

En España siempre ha habido clases, y mientras el depredador de banderita y muelle en el sobaco se pasea por palacios en libertad, tocando los huevos y riéndose del personal, el pobre tahúr, el chorizo rojo, pasea una hora al día por el patio de un penal, padeciendo que le tiren huevos y siendo el hazmerreír del personal. 


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