Aquejados de vida

 

Daniel Martín.

Septiembre/22

 

El nivel de suicidios en España se ha incrementado en los últimos cinco años.

 

El problema de los suicidios en nuestro país ha alcanzado tales cotas que ha hecho incluso necesaria la creación de un teléfono específico (024) para atender a aquellas personas que están tan al límite, que consideraran seriamente poner fin a su existencia.

Las causas por las que una persona decide acabar con su vida son tan numerosas como quienes tan drástica medida se plantean, pero todas sin excepción, están sembradas por el atroz e inhumano sistema en el que vivimos, donde se desahucia a las gentes de su vivienda (más de 40.000 personas el pasado año, solo en España), sin solución alternativa y condenando a familias enteras a vivir en la calle. La secular precariedad laboral, y su pareja la pobreza, los infinitos actos de acoso, en el entorno social, sin distinción de sexos o edades, la soledad…

No obstante, nuestro país está muy por debajo de la estadística europea que “datifica” los seres humanos que se han suicidado, y según ese mismo frío e insensible dato, el reparto de suicidios por comunidades es muy desigual con Asturias y Galicia encabezando el macabro gráfico, mientras que a la cola se sitúan Cantabria o Madrid, lo que vendría a corroborar la influencia de la precariedad en el momento de decidir un suicidio.

Es obvio que el problema no se va a resolver con una línea telefónica y que se hacen urgentes las medidas sanitarias, una adecuada estrategia en los planes de salud Mental y protocolos de actuación profesional para casos en los que se deba atender a un potencial suicida. Medidas y políticas sanitarias que ya, sin estar siquiera redactadas, han recibido el rechazo de la “leal” oposición, tanto PP, como VOX y su comparsa CS, se han mostrado desde muy temprano contrarios a adoptar medidas para atajar un problema que ellos consideran nimio, mientras se vuelcan en el inexistente de la “okupación”.

Comunidades como Madrid, o Navarra, con baja incidencia en suicidios, implantaron en su día planes pioneros para combatir el problema y que en la actualidad se encuentran abandonados a su suerte, sin dotación, ni actualización.

La política no es solo volar en Falcón más o menos veces, la política sobre todo es la influencia, para bien y para mal, de quienes gobiernan en nuestras vidas, con el costo en ídem que ello puede conllevar.


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