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La vida al otro lado del Tubo

Carmen Prieto Gómez. 
Julio/25.

 

Muchas veces me han preguntado qué veía cuando estaba intubada.

Una imagen que muchos jamás vivirán, pero que quienes hemos estado en una cama intubados, reconocemos de inmediato y recordaremos para siempre.

Una luz blanca, permanente, clavada en el techo y en la conciencia.

Para una persona intubada, ésta no es solo una habitación. Es una cápsula de confusión.

Es una parte del infierno que es real en la vida, que todo el mundo pasa ajeno a ese lado, y tú vives porque respiras y sientes, pero nada más.

No se sabe si es de día o de noche, si han pasado minutos u horas. La vida se detiene, se abre un paréntesis mientras todos los demás, siguen con su vida, menos tú. Porque tu derecho a vivir se reduce a existir.

Ves techos, siente tubos, escuchas alarmas, y entre luces sin tregua, luchas por no perderte dentro de ti mismo.

Y aunque estés sedado, aunque no puedas hablar, aunque no mires directamente, sientes.

Evitar el delirium en UCI no siempre requiere fármacos.

A veces, sólo hace falta apagar la luz, respetar la noche, y devolverle al paciente lo más básico: el descanso, la orientación y la dignidad.

Porque incluso cuando no puedes hablar, sigues sintiendo.

Y cada pequeño acto de cuidado, también puede sanar.

Imagen: IA Alternativa Mediterráneo. Uso libre.


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