El U-Boote de Abascal
El Comunero.
Septiembre/25.
Óscar Camps, fundador de Open Arms, sobre la petición de Abascal para hundir su navío: "Es fascismo puro".
El líder de la formación fascista VOX, Santiago Abascal, ha utilizado de nuevo la "distancia" de la red social X para dejar otro de sus llamados al odio y la xenofobia, al exigir que se “confisque” y “hunda” el Open Arms, buque de la ONG homónima que desde hace más de una década desarrolla tareas de rescate y asistencia humanitaria en el Mediterráneo., con un mensaje tan autoritario como falaz; “Hay que confiscarlo y hundirlo (…) para que sirva de advertencia de cuál va a ser el final que les espera a todos los multimillonarios y políticos que promuevan la invasión de Europa”, escribió el dirigente fascista calificando al barco y su tripulación de “negreros”, vinculándolos a la peor de las pesadillas de los neuróticos racistas, la supuesta “invasión de Europa”, por parte de las famélicas legiones de inmigrantes que apenas se tienen en pie y que nos llegan desde el otro lado del Mediterráneo buscando una vida mejor.

Santiago Abascal quiere parecerse nazi Otto Kretschmer, que al mando del U-99 se convirtió en el más letal de los asesinos de la Kriegsmarine.
La estrategia de infundir miedo en la sociedad, en la que el miedo a lo desconocido, a lo que viene de lejos, a lo distinto, a quien tiene otra cultura, otras costumbres, es esencial en la pervivencia de este tipo de grupos racistas, y Abascal es muy bueno a la hora agitar el miedo a la inmigración, criminalizar la solidaridad y buscar rédito político en la deshumanización de quienes arriesgan la vida en el mar. Sin embargo, los ataques del fascismo español contra la organización humanitaria no son exclusivos y se encuadran dentro de la campaña de odio que contra la misma ha desatado el renacido fascismo europeo, que ha convertido a Open Arms en uno de sus blancos preferidos.
La respuesta por parte de la ONG no se hizo esperar, y Óscar Camps, director y fundador de la organización, respondió pronto, alto y claro: “Decir que hay que hundir un barco que salva vidas es fascismo puro”, poniendo de relieve la paradoja que encierra el discurso de Vox: señalar como enemigos a quienes evitan tragedias y convierten en números los cadáveres que el mar devuelve a las costas. Mientras Abascal apela al odio, el Open Arms continúa desarrollando una labor reconocida internacionalmente en defensa de los derechos humanos.
El Open Arm es un buque solidario cuyo objetivo "no es sustituir a Salvamento Marino (…) Venimos aquí a aportar conocimiento y a sensibilizar a la ciudadanía ante un discurso racista xenófobo que cree y cala en algunas partes”., aseguró camps en una declaración que desarma las acusaciones de Abascal y subraya la voluntad de cooperación de la ONG frente a la manipulación ideológica del fascismo.
Mientras la ONG invierte recursos, experiencia y humanidad en salvar vidas, desde VOX su líder exige "hundir" el buque, enviar al fondo del mar la esperanza para centenares de seres humanos que sin la labor de Open Arm también acabarían ahogados en el fondo marino.
Abascal es un hombre que no ha padecido fatigas, que nunca ha cotizado fuera de la política, de la que vive desde edad muy temprana, es un provocador aventajado, un trepa sin escrúpulos, que lo mismo vive como un rey en un chiringuito que Esperanza Aguirre le montó exprofeso para él con un sueldo de muchos ceros, que se alza en cabecilla del frente contra los chiringuitos políticos, y arenga contra quienes, como él, viven de "paguitas". Hijo de Santiago Abascal Escuza, histórico dirigente del Partido Popular en Álava, nuestro Abascal ha mantenido siempre posturas de intransigencia, de palo y tente tieso, contra la inmigración ilegal, el feminismo institucional y el independentismo catalán o vasco, pero siempre en modo pobre, en el ideal fascista del líder de VOX los invasores siempre son los pobres, los ricos siempre han de ser recibidos con alfombra roja, tengan la nacionalidad que tengan, porque el dinero, que es al fin lo que a todo fascista interesa, no tiene pasaporte.

Abascal ha propuesto hundir un símbolo de esa solidaridad, reflejando no solo la arbitrariedad, la hipocresía y el falaz discurso del fascismo europeo, también la encarnizada batalla ética entre quienes consideran la migración un problema que debe enfrentarse con muros y violencia, y quienes la entienden como un fenómeno humano que exige, solidaridad, generosidad y respeto a los derechos fundamentales de todo ser humano.
Añadir comentario
Comentarios